Y todo por su culpa.

Echo de menos esos domingos en los que, al salir de la ducha, mi madre me tenía la cena preparada y mi padre veía tranquilamente ese programa que tanto le gustaba sobre animales, tumbado en su sofá. Echo de menos el ''como no comas, no sales'' y me lo comía todo para poder salir a jugar. Echo de menos esos días en los que mi padre trabajaba hasta la noche y mi madre y yo íbamos a buscarlo mientras que hablábamos de cómo me fue el día en el colegio. Echo de menos cuando llovía a cántaros por la mañana y tenía que venir mi padre del trabajo a llevarme al colegio en coche. Echo de menos esas veces en las que me quedaba dormida en el sofá y me despertaba en la cama. Echo de menos que mi madre y mi padre se hablen. Echo de menos admirar como cocina mi padre. Echo de menos tener una familia normal.

1 comentario:

  1. Un padre y una madre, lo son todo y pase lo que pase no hay nada que pueda cambiar eso, aunque cambien las cosas, aunque ya no sea tan perfecto como antes.
    Me gusta mucho tu blog. Yo también soy novata. Si te apetece pasate por el mio .

    ResponderEliminar