Volver a nacer.


¿Dónde quedaron las noches en la que toda la familia veía una película felizmente? Se han sustituido por las noches en las que su amargada niña se encierra en su habitación a recordar todos los errores que cometió en un pasado, en las que sólo se dedica a quejarse de todo lo que hace, en las que llora por todo, en las que echa de menos ser una niña pequeña...
Tumbada en tu cama, te paras a pensar qué pasará si desapareces del mundo. ¿Quién se dará cuenta de que te has ido? ¿Quién se preocupó de que estuvieras mal o estuvieras mal? Todos te dieron la espalda cuando estabas con ellos y ahora te echarán de menos incluso las personas que no conociste. ''Era buena chica'', dirán. ''Era muy simpática'', mentirán. ''No me caía bien, era inútil'', insultarán. Puede que todo fuera a ir a peor o a mejor, pero seguirá igual, a nadie le importarás.

¿Quieres conocerme un poco más?

En ocasiones me llaman loca, pero sólo soy así para que no descubran que estoy mal. Por que, aquí dónde me ven, lo estoy pasando peor que nadie. Cuando estoy mal, nadie se preocupa por mí. Paso sola, entre la multitud, con la cabeza agachada y la cara llena de lágrimas.
Me conocerás con una sonrisa seguramente, por que frente a la gente soy así, pero en mi casa, lo único que hago es deprimirme, verme al espejo, y llorar. Por que lloro más que río. 
No me gusta que me critiquen, por que no saben nada de lo que me está pasando o lo que me ha pasado. 
Odio a esa gente que se tienen que meter en todo. Odio esa gente que se dedican a insultar a otras personas sin motivo alguno, sólo para ''no aburrirse''. Odio tener que depender de alguien. Odio llorar por gente que no vale la pena. Odio forzar sonrisas. Odio levantarme y ver que nada ha cambiado, que todo sigue igual. Odio a la gente. Odio muchas cosas que no podré cambiar. Odio que me obliguen a hacer algo que no me gusta. Odio que se metan con mis gustos. Odio que no me dejen hacer lo que me gusta hacer. Odio salir a la calle y que tenga que escuchar insultos por todos lados. Odio estar sola, pero es lo que me más me gusta. Odio estar con gente que no me comprende. Odio que me interrumpan. Odio lo que soy.

Y todo por su culpa.

Echo de menos esos domingos en los que, al salir de la ducha, mi madre me tenía la cena preparada y mi padre veía tranquilamente ese programa que tanto le gustaba sobre animales, tumbado en su sofá. Echo de menos el ''como no comas, no sales'' y me lo comía todo para poder salir a jugar. Echo de menos esos días en los que mi padre trabajaba hasta la noche y mi madre y yo íbamos a buscarlo mientras que hablábamos de cómo me fue el día en el colegio. Echo de menos cuando llovía a cántaros por la mañana y tenía que venir mi padre del trabajo a llevarme al colegio en coche. Echo de menos esas veces en las que me quedaba dormida en el sofá y me despertaba en la cama. Echo de menos que mi madre y mi padre se hablen. Echo de menos admirar como cocina mi padre. Echo de menos tener una familia normal.

La gente se desvanece con el aire.

Un día te levantas, sales a la calle con una enorme sonrisa y ¿qué ves? Nada. ¿A quién ves? A nadie.
Vuelves corriendo a tu habitación y te deprimes y lloras. Intentas parar pero no puedes por que ¿quién te hará parar si no hay nadie a tu alrededor? 
Nadie te ayuda, nadie quiere saber nada de ti, todos te han olvidado... Lo peor es que te has dado cuenta ahora, cuando ya has confiado todos tus secretos a las personas que más querías y ¿qué hacen ahora? Contárselos a todos, todos esos secretos que te costaron admitir un día y te sacaron a la fuerza. 
Puede que sean insignificantes, poca cosa quizás, pero te importan, te importan mucho.
¿Lo peor? Te ha defraudado la persona menos indicada, la que por ella diste toda una vida, por la que te levantabas cada mañana...

Cansada de estar cansada.

Cansada de este mundo insípido y lleno de mierda. De esta sociedad falsa y superficial. De niñat@s que hablan a tus espaldas sin tener ni puta idea de tu vida. De padres que sólo saben juzgar esas cifras en un trozo de papel llamadas notas sin saber lo que te ha costado sacarlas, y que tienes más problemas en tu vida que los putos estudios. Cansada de tantos altibajos emocionales, de respirar, de vivir, de sufrir.

Pérdida entre la multitud.

Supongo que he llegado a ese mítico punto en la vida de sentirme un poco perdida.Sé muy bien a dónde quiero llegar pero, francamente, no tengo ni idea de hacia que dirección comenzar a andar. Es como plantarse en medio de una ciudad desconocida llena de cruces, carreteras, semáforos y coches que tan sólo tocan la bocina y presionan sin pensar en que realmente puedes tener un problema. Y sentirse indiferente a todos, y sola. He cambiado, lo sé. Pero es un cambio pasajero, que con un poco de tiempo y alguna que otra lección de vida se me acabará pasando. Estoy segura. Aunque después de todo creo que, al final, la mejor opción es bajar del coche en mitad del atasco e ir a pie. Y que le jodan al resto del tráfico.