Ya no me queda nada con que defenderme.

Un punto. Este punto, el punto en el que llego a hacer lo que nunca pensé que haría, por unas putas palabras, insignificantes palabras, que la gente suelta por su sucia boca, sin saber el daño causado. Puede que muchas, estén dichas con amor, pero muchas otras, están dichas con odio, desprecio, asco...
Puede que, frente a las personas, parezca fuerte, sí, lo soy, pero soy débil y delicada, todo lo que me dicen, duele.

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